Todavía con la energía a tope tras haber vivido unos días increíbles en Washington, D.C. para el esperado .NEXT 2025. Ha sido una experiencia fantástica, vibrante y repleta de información de valor que sin duda supondrá un cambio en las posibilidades de uso de Nutanix.
Entre la marea de anuncios y sesiones fascinantes, hubo un hilo conductor que resonó especialmente: la evolución del almacenamiento externo dentro del universo Nutanix. Para los que lidiamos con la realidad de entornos híbridos y la gestión de datos dispersos, las novedades presentadas fueron como escuchar una melodía familiar con arreglos completamente nuevos y emocionantes.
La narrativa de Nutanix en .NEXT 2025 fue clara: derribar las barreras entre el almacenamiento interno y externo. Ya no se trata de mundos separados, sino de un único ecosistema donde la gestión fluye de manera intuitiva y eficiente. ¿Os imagináis poder tener esa visibilidad granular y ese control unificado sobre vuestros datos, sin importar dónde residan físicamente? Pues bien, Nutanix está haciendo esa visión realidad.
Lo que realmente me gustó fue la forma en que Nutanix está abordando la complejidad. No se trata solo de "conectar" almacenamiento externo, sino de integrarlo de forma inteligente, aplicando la misma filosofía de simplicidad y gestión centralizada que ya conocemos de su plataforma principal. Esto significa menos quebraderos de cabeza, menos silos de información y, en definitiva, más tiempo para dedicarnos a nuestras cosas.
Nutanix no está reinventando la rueda para el almacenamiento externo; está extendiendo su lenguaje familiar, su interfaz intuitiva, a este nuevo dominio. Para los que ya navegamos por Prism, la sensación es de "hogar, dulce hogar", incluso cuando gestionamos recursos que están fuera de la caja.
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Foto tomada de Dell |
No puedo dejar de hablar del ambientazo que se respiró en este .NEXT 2025. Fue una mezcla perfecta de tecnología, buen rollo y muchas ganas de compartir. Al principio, tengo que admitirlo, el inglés con acento de Washington me pilló un poco fuera de juego (hablan rapidísimo), pero te vas acostumbrando. Y al final te das cuenta de que casi la mitad de la gente con la que te cruzas habla español, así que todo fluye mucho más fácil. Charlas técnicas en cualquier rincón, dentro o fuera del evento, y siempre con alguien dispuesto a compartir ideas o echar una mano.
Porque sí, las keynotes y los anuncios de los grandes nombres están muy bien, pero lo más potente de estos eventos es lo que pasa entre bambalinas. Esas conversaciones improvisadas, los contactos que haces en la cola del café, o la charla que empieza con un “¿de dónde eres?” y termina en un debate sobre arquitectura cloud. Al final, esto va más allá de las novedades del momento. Va de gente, de conexiones reales, y de salir de ahí con la sensación de haber aprendido algo nuevo, no solo por lo que viste, sino por con quién lo compartiste.
Y claro, no puedo hablar del .NEXT sin mencionar las fiestas de Nutanix. O sea… qué nivel. He estado en unos cuantos eventos del sector, y lo digo sin dudar: nadie monta una fiesta como esta gente. Desde que pones un pie en el lugar ya sabes que va a ser algo distinto. Música por todo lo alto, DJs que no paran, músicos en vivo que te hacen imposible quedarte quieto, y de repente —¡zas!— aparece un actor disfrazado animando a la peña como si estuvieras en medio de un show de Las Vegas.
Pero eso no es todo: juegos por todos lados (sí, tipo arcade, futbolines... lo que se te ocurra), un catering espectacular con comida para todos los gustos, cócteles creados para el evento y bebida fluyendo como si no hubiera un mañana. Literalmente podías estar hablando de Kubernetes con alguien mientras a tu lado un saxofonista improvisaba sobre una base de house. Surrealista y maravilloso.
Y lo mejor de todo es que, más allá del espectáculo, el ambiente seguía siendo de comunidad. De gente con ganas de pasarlo bien, sí, pero también de seguir charlando, compartiendo ideas o simplemente desconectar juntos después de un día intenso de charlas técnicas. Sin postureos, sin formalidades. Solo buena vibra, buena música y muy, muy buena compañía.
Mi conclusión tras el .NEXT 2025 es que en lo tecnico, Nutanix no solo está respondiendo a las necesidades del presente en cuanto a gestión de datos híbridos, sino que está respondiendo a las peticiones de sus clientes. La forma en que están integrando el almacenamiento externo dentro de su plataforma es un paso, desde mi punto de vista, tremendamente acertado. Y en lo personal, son estos momentos los que hacen que sientas que merezca la pena todo ese esfuerzo, esas horas, dias, semanas, invertidas en aprender sobre esta tecnología. Y gracias a todos los que han hecho estos momentos posibles, tanto a la gente de Nutanix, como a los demás colegas de profesión. Seguro que nos volveremos a ver, solo espero que sea antes del .NEXT 26!
¿Pudisteis vivir la experiencia .NEXT 2025? ¿Qué fue lo que más os resonó? ¡Me encantaría leer vuestras impresiones en los comentarios! 👇